/
Feed RSS
El boicot digital surge como una forma resistencia frente al genocidio en Gaza y la complicidad de corporaciones tecnológicas. Cancelar suscripciones, migrar a plataformas libres o usar torrents se convierten en actos de protesta que impactan reputación, mercados y circulación cultural. Lejos del “activismo de sillón”, estas acciones muestran que cada clic puede ser un gesto político y de conciencia.